Sostenía a mi primita Miralda en mis brazos cuando me dijo:
Miralda: Raúl, estás muy alto, ¿ya alcanzas el cielo?
Raúl: No, aún no, pero algún día lo alcanzaré.
Miralda: No, mejor no, por que si creces tanto no vas a poder dormir en tu casa.
Raúl: No importa, encontraré otro lugar donde dormir. Dormiré en una montaña o en un bosque si es necesario.
Miralda: ¡No, en el bosque no por que hay lobos!
Raúl (riendo): No te preocupes, estaré tan alto que no tendré que temerle a ningún lobo, no podrán hacerme nada.
Ella no lo comprendió, para ella todo fue literal, para ella no existen metáforas ni dialogo poético ni nada similar. Pero yo quedé asombrado por su inocencia y la asombrosa facilidad con que me hizo reflexionar sobre mi vida. Se puede aprender mucho de una pequeña de 5 años.
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